En una perdida región de la Isla de República Dominicana, en los límites fronterizos con Haití, aparece el último descubrimiento geológico del mundo mineral: la extraña y preciosa gema de origen volcánico que guarda en sus colores la profundidad y belleza del mar Caribe, se denomina Larimar. Su peculiar atractivo, así como su escasez, le dan categoría de piedra preciosa.
Mirar el Larimar es mirar los ondulantes remolinos del Mar Caribe, emulados en una paleta de azul celeste. Su extraordinario color proviene de su composición mineral que genera increíbles tintes azules.
La naturaleza se encarga también de que no haya dos piedras iguales. La única localidad donde el Larimar, o pectolita azul, aparece en la corteza terrestre es la provincia de Barahona, en la región sur-occidental del país.
En el año 1974, Norman Rilling, un miembro del Cuerpo de Paz de los Estados Unidos y el artista diseñador dominicano Miguel Méndez, encontraron pectolitas al borde del mar y siguieron su curso, hasta los yacimientos río arriba. Méndez bautizó su hallazgo con el nombre de Larimar, por el parecido de la piedra con las tonalidades del mar caribeño y lo combinó con el nombre de su hija: Larissa.
Propiedades para la salud
El Larimar es el miembro más reciente de la familia de minerales llamados curativos:
Armoniza nuestro organismo, abriendo especialmente el chakra del corazón.
Regula el sistema nervioso, el sistema hormonal y la glándula tiroides.
Actúa como potenciador del sistema inmunológico aumentando las defensas.
Incentiva el área cerebral que estimula la capacidad comunicativa.
Soporte de nuestra salud y bienestar general, preserva de la ansiedad, estrés y otras situaciones psicosomáticas.
El suave color azul de esta piedra centra y relaja frente a los cambios y altibajos a los que estamos continuamente expuestos. No es coincidencia que el Larimar haya aparecido justo en una época en que el mundo esta sufriendo importantes transformaciones que por supuesto nos afectan. Este mineral tranquiliza y aporta energía positiva.
Tiene también la curiosa característica de incluir en sí mismo la fuerza de los cuatro elementos de la naturaleza.
- Evoca el color del cielo (aire) que equilibra nuestra mente y espíritu.
- Refleja el brillo del mar (agua) que rige nuestras emociones y sentimientos.
- Representa al reino mineral (tierra) que nos hace prosperar y echar raíces, y
- Su origen volcánico es el fuego: la energía, acción y creatividad necesaria para sacar adelante cada día.
El Larimar nos ayuda a afrontar la vida con ilusión y armonía, y para beneficiarnos de sus propiedades, basta llevarlo cerca de la piel, como joya o colgante. (Te sorprenderá también su elegancia y extrema belleza). |